A primera vista, Tizu Plumagris no parece el pájaro más inteligente del huerto. Su reducida habilidad para el habla común le da un aspecto tierno y bobalicón que enmascara la mente fría y calculadora que hay detrás, siempre preparada para hacer lo necesario para salirse con la suya.

 

A pesar de ser un kenku, Tizu jamás ha tenido contacto con los de su especie. Nació en Puerta de Baldur, obligado a interpretar el papel de adorable mascota tras unos barrotes. Por suerte o por desgracia, su camino pronto se entrelazó con el de Leorin; desde entonces, no han vuelto a separarse. Ser capaz de hacer estupideces y hablar con ella alivia su soledad, por supuesto, pero no es suficiente para sacarlo del aislamiento que le provoca la imposibilidad de comunicarse con soltura.

 

Aguas Profundas, con todo lo que conlleva estar en un lugar que no se conoce demasiado, no está tan mal. Para variar, Tizu no acaba de fiarse de la gente a la que Leorin ha decidido arrimarse. Tampoco importa demasiado. Al final del día, una vez sofocados los gritos y lloros de traición y decepción, las cosas volverán a su sitio. Como siempre lo hacen.