¡Buenas, fans de El Mortal Más Débil! ¿Mortalers? ¿Ememeders? Yo que sé, si tenéis opiniones sobre cómo deberíais llamaros dejadnos ideas en el hashtag #ElMortalMásDébil en Twitter, porfi.
El segundo capítulo nos trajo un montón de cosas chulísimas. Los pringaos se enfrentaron a un acertijo y lo resolvieron con bastante éxito, encontraron una armadura que no está turbomaldita en absoluto y finalmente encontraron lo que ya está convirtiéndose en su peor enemigo: un pasillo. Joselito usó el comodín del público y descubrió que nuestros espectadores abisales están horny on main (y horny en general en caso de muchos diablos y/o demonios). Al investigar una puerta secreta, Melgron cayó en las fauces de Antonino, nuestro neothelid que en el fondo solo quiere mimos, y acabó hecho sopa de firbolg. Pobre Melgron, siempre estará en nuestros corazones y en el interior del dobladillo de los pantalones de Rick y Ades.
Recordad que podéis ver El Mortal Más Débil todos los sábados a las 21:30 en Twitch, la plataforma de streaming preferida del Abismo. Esta semana conoceremos más a nuestra nueva concursante, de quién os hablaremos más adelante.
Mientras tanto hemos conseguido acceder al alma de Melgron, que está siendo torturada actualmente en las profundidades más oscuras del Abismo, para que nos responda algunas preguntas:
– Hola Melgron, ¿cómo va, qué tal es estar muerto?
Pues es una sensación extraña, es la segunda vez que estoy muerto, es como un dejavis desos, en el fondo es agradable, un calorcito que te recorre por dentro y por fuera, por las literales llamas de fuego que salen por todos los lados del infierno. Al menos aquí no está todo lleno de flores de mierda ni arbolitos ni rastrojos ni dríadas, ¡malditas dríadas!
– Cuéntanos algo más sobre tu vida antes de llegar al Abismo
He tenido una vida de mierda, estuve rodeado de druidas pesaos, que si la flora esto, que si la fauna esto, que si ahora me transformo en no sé qué, que si ahora fíjate qué cosa mas chula me he currao, pesaos que son unos pesaos, y ¡alguno es hasta vegano!. Creo que gran parte de mi ira salió de allí, el resto del tiempo lo pasé bebiendo y quemando bosques.
– Desde el principio fuiste el favorito de Rhamontxulhu, ¿qué tal esa experiencia?
¿De quién? ¿Es el tipo ese raro con tentáculos en la cara? No tenia ni la menor idea, de todas formas, para lo que me ha servido…
– ¿Cómo te sentiste durante tu estancia en el programa?
Realmente me sorprendió que con la incompetencia supina que tenía alrededor pudiéramos pasar tantas salas. Si no es por mí no hubiésemos sido capaces ni de pasar la primera estancia. No he entendido como no era yo el favorito del público, ¡si he sido el que más espectáculo ha dado!. El resto se mantenían detrás mío sin querer tocar nada, bueno Magda sí que tocaba, sí, pero el resto… El Ades preguntando chorradas, el Joselito mucho músculo y poco cerebro, Magda estaba más caliente que la fragua de un enano, y Rick, bueno, creo que cae bien por que es tan pequeño y tiene esa voz de pito estridente que es normal que aquí guste.
– ¿Tenías alguna estrategia planeada?. ¿Te quedó algo por hacer?
Sí claro, estaba reservando mis formas animales para más adelante. Todavía me quedaban bastantes hechizos, sobre todo de curación. No pude llegar a sacar todo mi potencial. Y podría haber salido de la boca del bicho ese, pero como sabían que era el mas peligroso quisieron que desapareciese lo antes posible.
– Háblanos de tus compañeros, ¿quién te caía mejor y quién peor?
Bien ninguno, cerebros de chorlito, el mas soportable posiblemente Joselito, podías manejarlo a tu antojo. Mal… pues Ades, qué ser más odioso, un demagogo de libro, lo raro es que no fuese druida.
– ¿Quién crees que va a ganar?
¿De los que están ahora? Ninguno.
– ¿Por qué no querías salir del Abismo?
¿Para qué voy a querer salir del mejor sitio que he estado en mi vida? Ni loco.
¡Muchas gracias, Melgron! Desde la redacción sólo podemos pedir que los demás concursantes sean igual de desastre y nos den risas y sangre. Se marcha un pringao de primera categoría, que nos ha dejado algunos momentos maravillosos, como podréis comprobar aquí abajo. Siempre le recordaremos con expresión confundida, diciendo «…¿Gallinas?…»